
Pero tras el asombro y la pena, viene la indignación. Vivimos en una sociedad que prima el músculo sobre el cerebro, es cierto, y cualquier gañán que patee un balón tendrá una consideración más alta que el más brillante de los científicos, pero cada cual es tan responsable de entrenar su cerebro, su precioso cerebro, con el mismo mimo con el que cuida el resto de su cuerpo. Y llenar el cerebro de basura es responsabilidad y elección de cada uno. A estos tipos los cogería de las solapas y les preguntaría un par de cosas... ¿si esa supertecnología existe, será ultrasecreta, no? ¿entonces cómo demonios te enteraste tú, so mastuerzo? ¿tienes contactos en el Pentágono? ¿te lo contó tu ligue, que es agente de la CIA? ¿o tu fuente es en realidad un blog escrito por un esquizofrénico que sufre de delirio de influencia, un libro de los de la casta de Friker, o un mero comentario en Facebook? ¿vas a esperar que me crea que el conocimiento más secreto del mundo está al alcance de un repartidor de pizzas como tú? ¿nos tomas por idiotas? Y ya que eres tan listo, a ver, explícame detalladamente, con pelos y señales, cómo funciona una "máquina de producir terremotos" sin soltar una ristra de tonterías como "energía positrónica" u otras barrabasadas.
Realmente, el tema de la conspiranoia es vastísimo. Los memos que repiten como loros estas chorradas, ya lo dije, en el fondo dan pena. Se están perdiendo el conocimiento sobre los verdaderos mecanismos que rigen el planeta y el universo, todos ellos consecuencia de la naturaleza, para creer en su lugar una serie de disparates. Y esos disparates no son gratuitos: el que comento hoy tiene una intencionalidad política (o racista), pero hay verdaderos profesionales de esta bazofia que se lucran (y cómo) con esto vendiendo libros, DVDs y lo que se tercie, aprovechándose de la excesiva credulidad de mucha gente, que no somete a un somero análisis lo que lee u oye.
En fin, que en el fondo todo esto es muy triste. Nuestra sociedad parece ir cuesta abajo y sin frenos en lo que se refiere a la educación, y eso es muy peligroso. Un pueblo ignorante es un pueblo fácil de manipular, y ya sabemos adónde conduce eso. ¿Podrá revertirse esto? Lo dudo.