Dr. Marc Hauser |
Imaginemos una vía de tren con un ramal. En donde se bifurcan, hay una persona con una palanca que permite dirigir el tren hacia uno u otro lado. Pero hay un problema: en la vía hay atrapado un grupo de cinco personas, y en el ramal hay atrapada una persona. ¿Es moralmente lícito mover la palanca, matando a uno para salvar a cinco? La respuesta abrumadoramente mayoritaria es que sí.
Tomemos ahora un hospital: hay cinco pacientes esperando trasplantes de órganos diferentes... pero no hay donantes. Sin embargo, en la sala de espera hay un hombre sano con todos los órganos. En este caso, también casi por unanimidad decidieron que estaría mal matar a esa persona para obtener los órganos. La pregunta es... ¿porqué? ¿no se trata, matemáticamente, de lo mismo que el primer caso, matar a uno para salvar a cinco? Arduas cuestiones...