Inscripción romana

Había leído mucho sobre ella, pero el verla me conmovió singularmente. Estaba en un bloque de piedra que un día coronó una tumba romana. La inscripción es emocionante, breve, y atraviesa los siglos como un tañido de dolor y buenos deseos: Sit Tibi Terra Levis, abreviada a la manera latina como S·T·T·L, que la tierra te sea leve. Ese conmovedor deseo de que la oscura tierra final no pese sobre el manes del difunto me parece el mejor de cuantos epitafios ha creado la humanidad en su larga relación con la parca. Veo esa piedra de un ciudadano de Roma, la Luz de Europa, y puedo imaginar el doliente cortejo, las humildes (pues humilde es la lápida) ofrendas, las sinceras plegarias, no a los grandes dioses tutelares de la patria romana, sino a los sencillos dioses domésticos. La gran M, el misterio de los misterios que ha atormentado a los Hombres desde siempre, al ser al parecer la única especie consciente de su mortalidad (Borges, siempre Borges, escribió: "ser inmortal es baladí, menos el hombre, todos los animales lo son, pues ignoran la muerte") inspira cosas como ésta, tan sencillas, y tan profundas. Pienso bastante en ella, aunque en nuestros tiempos se considera cosa rara, te tachan de cenizo, de fúnebre, de amargado y cosas peores. Pero ella está ahí, aunque no nos guste, o la escondamos. Otro día les hablaré de lo que pienso de ella, hoy los dejo con la hermosa lápida, que se encuentra en el Museo Arqueológico de Oviedo.

lapida-romana.sttl


Amor, odio y ordenadores

Es posible (veremos) que apenas comenzada esta andadura El Peregrino Gris tenga que mudarse. Blogger es muy sencillo de usar, pero cada día (no es mera retórica, literalmente cada día) me hace una faena. La de hoy, bloquearme la URL (la dirección, vamos) de mis dos blogs. Porque sí, vamos, por el artículo 14, como dicen en España... así que a recurrir al Foro de ayuda, a ver si alguien tiene alguna idea, porque la "ayuda" de Google no sirve precisamente de ayuda, es un fárrago confuso que quizá lo entienda un informático o quizá la madre que lo parió. Así que posiblemente me mude a Wordpress, que tiene el inconveniente de ser más difícil y complicado, lo cual unido a mi natural pereza a la hora de escribir dará como resultado un post cada dos meses o así. En fin, veremos.
Es una relación peculiar la que me une a los ordenadores (o computadoras, como decimos por el lejano sur). El primero que tuve era un PC sin disco duro. No, no es broma, no tenía disco. Arrancaba mediante un floppy disc (los más jóvenes ni sospechan lo que era aquello), y cada programa que querías usar era un diskette separado... o sea que no podías ejecutar más de una cosa a la vez. Luego vinieron otros, y hoy tengo un bicharraco respetable, con un monitor XXL adecuado para la miopía del Peregrino y con nombre de personaje de cine, HAL 9000. Y con todos he tenido esa misma sensación de amor-odio... les hablo, discuto con ellos, los animo, a veces les grito, les doy palmaditas para que vayan más rápido... creo que Kubrick dejó en todos nosotros, los sufridos usuarios, la incómoda sensación de que nos miran y que tienen una personalidad propia. Insensato, dirán, pero de vez en vez no puedo evitar echar una mirada recelosa a la webcam.

Laguna en la memoria

No, no tengo un lapsus... esta laguna que pervive en mi memoria es la de Chascomús, en la provincia de Buenos Aires. Allí aprendí a llevar un bote de remos, y recuerdo perezosas siestas a bordo de uno de ellos, mecido por el agua; y largos atardeceres que daban paso a noches pródigas en estrellas. Y tormentas de las buenas, de las que me gustan, con rayos y truenos. Pejerrey frito, la primera acampada (la "tienda" no tenía suelo y nos invadieron las hormigas), otras más adelante, de adolescente, montar a caballo, y recuerdos que ahora son agridulces de cierto camping... hermoso sitio, pardiez.

laguna-de-chascomus

Un documental y el Tiempo


annapurna
Ayer vi uno de esos documentales que me hacen pensar a larguísimo plazo. Dice el maestro Carl Sagan que la astronomía es una disciplina que infunde carácter; en mi caso lo que sí ha infundido es cierta tendencia a pensar en escalas de tiempo y espacio vastísimas, ya que todos sus números son abrumadores. Una de las instituciones humanas más duraderas fué el Imperio Romano, y duró 1229 años (aproximadamente)... al comparar esto con los 4500 millones de años de vida del planeta, sientes la tentación de soltar la carcajada, y eso cuando no piensas en la duración de tu propia vida. No minimizo lo que somos, la única consciencia conocida en vasto cosmos, pero nos pone en nuestro verdadero sitio. Muchos ecologistas dicen que nos vamos a cargar el planeta, y eso me parece tan soberbio... nos cargaremos algunas especies, provocaremos ciertos desastres, pero cuando la raza humana haya desaparecido el planeta seguirá aquí, y lentamente se recuperará y florecerá.
Volviendo al documental de marras, trataba de la deriva de los continentes. Salvo casos de terremoto, damos por sentado que el mundo es un sitio estático, y nada hay más lejos de la realidad. Todos sabemos que la forma del mundo actual es muy diferente a como era en el pasado, con un único supercontinente llamado Pangea. Pues bien, en un lapso de unos 250 millones de años, la Tierra volverá a estar aproximadamente de la misma manera. El Mediterráneo habrá desaparecido, y la cordillera Mediterránea se alzará en su lugar, siendo más alta que el Himalaya. La desaparición de la distribución de los mares provocará un cambio climático tal como hace muchos millones de años que no se ve, con temperaturas absolutamente extremas. Si nuestra especie ha logrado durar tanto, que lo dudo mucho, lo tendrá difícil para sobrevivir, pero no imposible: si hay una palabra que nos define es "adaptabilidad". Hemos colonizado el planeta desde el polo hasta el desierto, viviendo de todas las formas imaginables. Con una tecnología de centenares de millones de años de antigüedad, quizá nuestros inimaginables descendientes vean pan comido sobrevivir a esos cambios. O quizá nos hayamos desperdigado ya por otros planetas. En todo caso, siempre me viene bien pensar a largo plazo para recordarme el poco tiempo que estaré peregrinando por aquí, y que cada segundo cuenta.

Volcán

Justo cuando el hombre se siente más omnipotente, viene la naturaleza y de un sopapo nos pone en nuestro lugar. Cuidado, microbio, puedo acabar contigo cuando me plazca, parece decir este volcán islandés. Y no le falta razón.

volcan-islandes
El volcán Eyjafjallajökull 

No todo va a ser Mozart


partitura
Evoco antes que nada una vieja radio, marca "Spica"...era tan veterana que su carcasa era de cuero (sí, de cuero). En ella durante mi infancia sobre todo sonaban tangos, escuchados por mi abuela (el programa se llamaba "Rapidísimo"). Aquella época me trae recuerdos sobre todo tangueros, pero también de folkloristas argentinos como Larralde o Guarany. Por otro lado, la música clásica y Serrat, el primer Serrat de mano de mi padre, y junto al tocadiscos había música de los '50, como Pat Boone o Glenn Miller. Ésa es la heterogénea banda sonora de la edad de la inocencia... cuando pasé a la edad del pavo, me explotó la cabeza. En aquella época tenías que elegir: eras "bolichero" o "progresivo"... esto en castellano significaba escuchar música de discoteca (el Peregrino nunca ha pisado una, pero ésa es otra historia) o rock, en un ecléctico arco que iba desde los Rolling hasta Yes. Y mi primer descubrimiento fue Queen. Aún recuerdo el deslumbramiento... esa voz prodigiosa, esa música que era incapaz de haber imaginado siquiera... y luego Yes con su extravagante magnificencia, y Génesis (antes de la versión light de Phil Collins), y Pink Floyd...
La cosa podría haber quedado ahí, pero a los dieciséis años me enamoré hasta la médula de una compañera de trabajo. Y hete aquí que la señorita era heavy. Heavy Metal de toda la vida. Y como tiran más dos... lindos ojos que veinte carretas, allá que fuí a ver qué era eso. Y me dio entre los ojos "El número de la bestia" de Iron Maiden. Creo que la palabra que mejor describe aquello es el nombre del bar de los fachas de Springfield: "Sha-ka-boom". Tras Maiden llegó Sabbath, AC/DC, Zeppelin, Purple y una larguísimo etcétera que sería tedioso enumerar. Más o menos por esta época, gracias a una profesora de música, llegó otro grande del heavy: Richard Wagner. No es broma, Herr Wagner es un metalero avant garde. En esta época mi madre, con muy buen criterio, me regaló unos auriculares, de ésos de DJ, como dicen los más jóvenes, lo cual la salvó de escuchar los alaridos del Infierno, pero puso en serio riesgo mi capacidad auditiva.
No teman, no seguiré dando detalles... simplemente luego llegaron otras músicas: la nova trova cubana, cierta parte del rock argentino, una re-escucha de otros clásicos como Wolfie o Beethoven; músicas del mundo como la India o Japón que me abrieron a otras posibilidades y sensibilidades. Así que ése es el paisaje musical del Peregrino Gris hoy: rockero, con un toque heavy y tanguero, ligeramente clásico, con influencias de Asia. Nadie me negará el eclecticismo.

Gentes del mundo

Un pequeño collage con gentes anónimas de todos los rincones del mundo.

gente-del-mundo

El cocinero alquimista

Al Peregrino Gris le encanta cocinar. Montar un barullo en la cocina, trajinando entre sartenes, cazos, ollas. Desparramar la colección de utensilios (gracias, Ikea), sacar los cuchillos, verte envuelto en fragantes nubes de vapores, espolvorear especias que inundan el sitio de olores evocadores como la lluvia distante en un campo. La Alquimia perseguía la Gran Obra, que no consistía en la mera y burda obtención de oro material (Au en la tabla periódica), sino en elevar el alma, pulirla, perfeccionarla para acercarla a dios. 
risottoSoy ateo, escéptico y, como diría mi abuela, descreído, pero también siento que la cocina tiene algo de alquimia. La Gran Operación era la Transmutación, y eso es precisamente lo que haces cuando cocinas: transmutas unos manojos de hierba, un poco de vino, zumo de limón, mantequilla y un pescado difunto en una gloriosa trucha a la Maître d'hotel para hacer perder el sentido. El más grosero trozo de carne, con unas setas y poco más, pasando por las manos de demiurgo del cocinero, puede transformarse en algo sublime. Y también el proceso te eleva: despierta tu imaginación (¿y si le añado esto que tal quedará? ¿y si cambio tal cosa sabrá diferente?), te hace creativo, te obliga a concentrarte, so pena de echar todo a perder. Y cuando estás allí, como el mago entre sus redomas, no hay sitio en la mente para pensar en las zafias banalidades de la vida moderna, en las preocupaciones, en los problemas. Estás tú y tu Obra. Nada más. Realmente, vale la pena.


Caminito

No por voluntad mía, pero últimamente tengo que andar en bicicleta. No soy del subtipo "Induráin", paso de mallas de lycra, maillot de la vuelta al Congo, zapatillas con chip o casco aerodinámico. Voy a mi bola y esquivo todo lo que puedo al tráfico... por suerte, tengo este caminito cerca. Me evoca al tango...


Caminito que el tiempo ha borrado,
que juntos un día nos viste pasar,
he venido por última vez,
he venido a contarte mi mal.
Caminito que entonces estabas
bordado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto serás,
una sombra lo mismo que yo...

sendero-camino-rural


Bibliotecas


biblioteca-trinity-collegeHace muchos años leí por primera vez "El nombre de la rosa", mucho antes de que se perpetrara esa película con happy end "Disney Style". No podía yo imaginar que en lo referente a libros y bibliotecas iba yo a compartir destino con el joven Adso, en cierta manera. En efecto, hay una parte singularmente conmovedora, en la cual el personaje, ya mayor, vuelve a visitar las ruinas de la abadía destruída por el fuego, y recoge como tesoros fragmentos y jirones de los libros desaparecidos... con los años, intenta hacerse con copias de los libros de los que ha recuperado trozos, y forma una biblioteca menor, "signo de la mayor" que ya no estaba. Signos, símbolos, alusiones.

La primera biblioteca que recuerdo fue la de mi padre. Sin duda mi memoria la agranda, pero desde mi perspectiva de niño era enorme. En ella descubrí a edad muy temprana a autores que no se consideran "para niños": Víctor Hugo, Eliseo Reclus, un precoz acercamiento a Kropotkin ("La ayuda mutua"). La primera vez que lloré con un libro fue con uno de Hugo, "El noventa y tres", y la impresión fue tan duradera que aún lo recuerdo, tantas décadas más tarde. Pero sin duda lo que más me gustaba era una colección de once tomos llamada "El mundo pintoresco", donde se recorría el mundo entero, mostrando gentes y lugares... esos textos y fotografías despertaron un afán de maravillas y aventuras que no han desaparecido. Lo más curioso es que esos libros eran de los primeros años '50, y yo los hojeaba con asombro y deleite en los '70, tomando aquel mundo desvanecido como el real.

Luego mi nunca desmentida vocación de ratón de biblioteca me llevó a formar la mía propia... variopinta y caótica como su dueño. Y aquí mi destino entronca con Adso: cambio de país y de continente. La dolorosa elección de los libros esenciales que me acompañarían en la singladura, la tristeza de dejar atrás a la inmensa mayoría. Y con el tiempo, como el joven benedictino, en cierta forma he ido recomponiendo aquella biblioteca perdida. Hoy tengo más intereses si cabe, la física o la ciencia forense se han abierto paso entre las viejas pasiones de la II guerra mundial, la astronomía o la literatura fantástica. Pero cuando en alguna librería veo alguno de mis libros perdidos, no suelo dudar. Quizá, como dice Borges, sea como los niños, que prefieren la repetición a la novedad. O sólo nostalgia, o un vano intento de hacer girar hacia atrás la rueda del tiempo.

Gaviotas...

Se me han colado unas gaviotas en la portada... es extraño como me conmueve su grito, a mí que que no tengo nada que ver con el mar, y ni siquiera me gusta. Pero no podían faltar en un blog bautizado con el nombre de una de las criaturas de Tolkien... Legolas nos habla de la nostalgia del hogar perdido que despierta en los elfos el lamento de las gaviotas, y nos deja este poema:


Al Mar, al Mar!
Claman las gaviotas blancas,
el viento sopla
y la espuma vuela.
Lejos al oeste se pone el Sol redondo.

Navío gris, navío gris,
¿no escuchas la llamada
de las voces de los míos
que antes que yo partieron?

Partiré, dejaré los bosques
donde vi la luz;
nuestros días se acaban,
nuestros años declinan.
Surcaré siempre solo las grandes aguas.
Largas son las olas que se estrellan
en la playa última,
dulces son las voces
que llaman desde la isla perdida.

En mi hogar,
que los hombres jamás descubrirán.
Donde las hojas no caen:
la tierra de los míos para siempre.

gaviotas

Poesía © George Allen & Unwin

Aquel hombre gris

Vivimos tiempos deslavazados y desesperanzados. Todo cuanto nos rodea a veces parece apocalíptico (en muchos lugares del mundo incluso postapocalíptico). Pero en medio de tanto motivo de desazón ocasionalmente se filtra un pequeño rayo de luz, a veces proveniente del pasado. 
Corría la Segunda Guerra Mundial. El Tercer Reich se batía en retirada, disputando cada palmo de terreno. El Ejército Rojo era una apisonadora en el este, Inglaterra y Estados Unidos machacaban desde el oeste. Italia iba siendo liberada de sur a norte. En medio de esa vorágine, los puentes sobre el Arno, en Florencia, fueron volados. Pero el cónsul alemán, un funcionario gris, seguramente leal servidor de su país, dijo que no se podía volar el Ponte Vecchio. Que sí, que las necesidades militares, que si la estrategia... pero ese hombre como tú y como yo entendió que hay cosas que están muy por encima de las contingencias temporales. Que el símbolo del Renacimiento italiano vale más que "la fe jurada y todas las ciénagas de Alemania", como diría Borges. Y gracias a la obstinación de ese hombre, de un solo hombre, el puente no voló. 
Desapareció el Tercer Reich, desapareció ese hombre gris, como todo desaparece tragado por el Tiempo y el olvido. Pero el Ponte Vecchio sigue viendo discurrir el Arno a sus pies.

placa-gerhard-wolf-ponte-vecchio


Summer nights

crepusculo-atardecer
Las noches de verano en mi infancia olían a jazmín. No estoy seguro de si era un jazmín o una magnolia, pero olía a gloria. De noche se hacía más intenso, levemente mezclado con el toque del azahar del limonero. En aquel jardín que ya sólo existe en mi memoria descubrí para siempre el misterio y la belleza de la noche. Aquellas eran noches oscuras, con estrellas... con los años vinieron los nombres: las Tres Marías (no sospechaba yo ni remotamente que era el Cinturón de Orión), la Cruz del Sur, el Carrito. Y cuando llegó a mis manos un pequeño catalejo (de los plegables, como los de las pelis de piratas) me enganché al cielo para siempre. Eran noches de jugar al escondite con los amigos, de escuchar la charla de los mayores que sacaban las sillas a la vereda, de feliz inconsciencia de lo que habría de llegar. Nunca tuve miedo a la oscuridad, al contrario... los fantasmas y monstruos suelen andar pavoneándose a plena luz del día. Añoro aquellas noches, ese tiempo inocente. A veces miro las estrellas, pero no es lo mismo. El río del Tiempo me ha arrastrado ya muy lejos de aquellas noches y aquellos tiempos.

La Reina del Norte

Ni dios, ni patria, ni amo... pero Reina sí. El Peregrino Gris ama a los animales, pero a los gatos por encima de todo... aunque sea una relación amor-odio a veces...

gata-siemesa

Un descubrimiento musical

Gracias a una estupenda amiga conocí la serie de TV "Sons of anarchy" (no, no soy devoto de la tele). Y gracias a esa serie, tomé contacto con Jake Smith, alias "The white buffalo". Una voz poderosa, y un folk del bueno (pero que muy bueno). Disfrútenlo.


©Jake Smith

Wild Flowers

Lo mío no son las flores pomposas de invernadero, sino las humildes flores que jalonan el camino.

flor-manzanilla

flor-silvestre

flor-silvestre

Fotografías hechas en los caminos de Asturias.


El camino sigue y sigue...

gandalf-mithrandir-peregrino-grisEl Peregrino Gris. Sí, Mithrandir, Gandalf para los amigos y Olórin para los freakies de Tolkien o Tolkiendilis. ¿Porqué este nombre para mi blog? Cuando Gandalf acompaña a los hobbits de vuelta a la Comarca, se separa de ellos diciendo que visitará a Tom Bombadil, y añade algo como... "él ha juntado moho, y yo he sido una piedra condenada a rodar". Mi vida ha sido un poco así, de un sitio a otro. Bueno, malo... no lo sé y en el fondo no importa. Soy de los que creen que la meta es el camino. 
En este blog encontaréis retazos de mi alma... una mezcolanza caótica, fiel reflejo de mis múltiples intereses... habrá libros, música, comida de la buena y de la otra, fotos, relatos, catarsis varias. Quien busque calidad literaria y esas cosas hará bien en no seguir adelante. L@s demás, bienvenidos. Los invito a recorrer juntos el tramo de camino que nos toque en suerte.