Tolkiendili

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John Ronald Reuel Tolkien
Antes que nada, aclarar el título. Los freakys como yo solemos subdividirnos en varios tipos, de acuerdo a nuestro objeto de interés principal. Los hay Trekkers (devotos de Star Trek), Geeks (los locos de la informática y la tecnología)... y los seguidores incondicionales de la obra de Tolkien, los Tolkiendilis
Mi historia con las obras del escritor británico es larga. Por puro azar, cayó en mis manos su obra más difícil, una saga (literalmente) llamada "El silmarillion". Ante mis fascinados ojos se desplegó todo un mundo, con su historia, geografía, mitos, lenguajes... era algo que no había visto ni de lejos (lo único remotamente parecido era el mundo de la Edad Hiboria de los relatos de Conan, pero que estaba a años-luz de lo que estaba descubriendo). Indagando en las librerías, me enteré de que luego del Silmarillion venía El Hobbit, y luego El Señor de los anillos. Así que por pura casualidad leí los libros en el orden correcto.

¿Porqué la obra de este hombre me chifló tanto? Difícil de concretar. Vale que el marco y el contenido son fastuosos... la Tierra Media es una auténtica maravilla y la obsesión por el detalle de Tolkien la dotan de un realismo sorprendente. Además, es un mundo de fantasía en el cual puedes tranquilamente "suspender la incredulidad", como decía Coleridge. Suceden cosas que en nuestro mundo no podrían existir, vale, pero los personales tienen sus limitaciones por poderosos que sean. Gandalf, por más mago que sea, tiene que rendirse en el Paso de la montaña Caradhras porque la nieve le impide el avance, y ante la sugerencia de Legolas de que vaya delante con una llama para fundir un sendero, le espeta secamente que "no puede quemar nieve". De todos modos, las descripciones son tan exquisitas que existen atlas que reconstruyen toda la Tierra Media basándose en el relato.

Especialmente interesante es el planteamiento que escogió Tolkien para llevar a cabo la misión más importante de la historia de la Tierra Media: destruir el Anillo Único de Sauron, el Señor Oscuro que amenaza la libertad del mundo entero. No escoge a un gran  Mago como Gandalf, o un gran guerrero como Aragorn: el encargado de llevar a cabo esa misión es un simple hobbit, un tipo no más alto que un niño humano de diez años, no muy diestro con la espada, y más amante de la buena vida que de andar escalando volcanes. Tolkien nos pone aquí ante algo que nos concierne directamente: el papel que todos nosotros, por pequeños y humildes que seamos, podemos jugar en los grandes acontecimientos del mundo. Suena utópico (nuestro mundo real de hoy es mucho más aterrador que cualquier cosa que haya leído acerca de la Tierra Media), pero leer la aventura terrible de Frodo me reconforta. Y yo no veo al libro como una lucha entre el Bien y el Mal, en plan bíblico maniqueo. Más bien la veo en clave política, y muy parecido a la Segunda Guerra Mundial: Sauron es un tipo que busca sobre todo el poder y el dominio, aún a costa de su propia destrucción en el proceso.

Un crítico de Tolkien dijo que LOTR (Lord of the Rings) era un librito de aventuras en el cual cuando termina la guerra los buenos ganan y vuelven a casa felices como buenos chicos que son. A mí me parece que el tipo ése no leyó el mismo libro que yo... el libro tiene un final melancólico y duro, y más de una vez se me han caído las lágrimas leyendo la despedida de Frodo en los Puertos Grises... por no hablar de su versión cinematográfica. La película (porque en realidad es una película dividida en tres trozos, igual que el libro, que NO es una trilogía, sino un único libro partido por imposición de los editores) para mí es simplemente perfecta, y rezuma amor por la obra de Tolkien en cada fotograma. Vale que tiene un par de defectos (meter a los Elfos en la batalla del Abismo de Helm fue una pifia muy gorda), pero la he visto decenas de veces, y las decenas más que la seguiré viendo. Además, tiene un gran mérito: ha incrementado las filas de los Tolkiendilis, gente que desconocía a Tolkien y que a partir de la película ha leído los libros y se ha hecho fan. Y nos ha obligado a establecer una cronología: los Tolkiendilis APJ (antes de Peter Jackson, el director) y los DPJ (después de Peter Jackson). Y es que los APJ solemos ser tan fans que tenemos mucha más obra de Tolkien que los libros principales: sus libros menores, su correspondencia, las gramáticas de los lenguajes de la Tierra Media... locos de atar, vamos.

Así pues, ya sabéis otro de mis grandes amores. Y ya que estamos, me despido en élfico: Elen síla lumenn'omentielvo!