Reincarnation

Jugando con la idea de la reencarnación, hace décadas escribí este ripio.


Mis pies descalzos han fatigado
la dilatada llanura africana
en la elegante figura de un Masai.
Mis sandalias de peregrino
recorrieron, mendicantes, los caminos
de la India, del Japón y de la China
bajo la túnica azafrán del monje.
Mis caligas de cuero
han hecho temblar el suelo
con mis seis mil compañeros
cuando extendimos el terror
y el poder de Roma victoriosa.
Botas de piel en la cubierta
de un salvaje Drakkar,
suaves zapatos de ante
en un obeso Abad Benedictino,
sigilosos mocasines en la América profunda
de los bosques...
Mucho han caminado mis pies,
esos fatigados pies que hoy continúan
transitando esta tierra.
Espero que este tránsito sea el último,
que este río incesante
desemboque el fin
en la Mar resplandeciente.

Juegos malabares con el tiempo, inquietudes despertadas entre otros por Borges... en la estrofa final la idea que tanto me gusta del Nirvana, tan mal comprendido en Occidente... hay quien piensa que el Nirvana es el cielo de los budistas, o que ellos creen que tras morir vas al Nirvana, cuando en realidad es un estado inefable, que no se puede describir con palabras... quizá la que más se acerque en castellano es extinción, o aniquilación. Preguntado al respecto, el Buddha (a quien le molestaban estas preguntas metafísicas) respondió secamente "¿adónde va la llama de una vela cuando se apaga?". Recuerdo con cariño esa época de preguntas incesantes y de experimentación. Nunca llegó la certeza, pero el juego fue divertido.

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